miércoles, 12 de septiembre de 2012

LA SEGUNDA MATERNIDAD


Cuidar de los nietos es algo que pocas abuelas quieren hacer porque para la mayoría no es una opción sino una situación en la que la vida las pone en contra de su voluntad, en otras palabras una obligación, e ignoran que poder hacerlo en realidad es un lujo, por lo que la mayoría se quejan de estar muy viejas y de haber terminado cansadas de cuidar de sus hijos para hacerse cargo de los nietos, por eso cuando fui bendecida no con una nieta sino con un segundo nieto, no lo pensé dos veces antes de asumir el reto de cuidar de ellos. De la misma manera que quise cuidar a mi hija durante siete años, quise tener la experiencia de cuidar a mis nietos, quizá porque siempre quise tener muchos hijos y  nunca los tuve; entonces quedó ese vacío  que la vida buscó llenarlo a través de mis nietos.

Mi nieto varón de 7 meses llora demasiado, en realidad nunca había estado cerca de un bebé que llorara tanto y que demandara tanta atención como este, a menudo y justo en el momento mas álgido del día, los dos lloran al mismo tiempo (mi nieta tiene 29 meses) y dado que el llanto de mi nieto es tan agudo y exasperante me he sentido tentada a perder el control, entonces recuerdo que soy la adulta que está al mando, no una tercera bebé a cargo de otros dos bebés, priorizo atenciones y me preparo sicológicamente para soportar el llanto del niño si es que él no es prioridad en ese momento porque sé que llorará hasta que lo levante en brazos. Siempre (a menos que tenga hambre) sus problemas se terminan en mis brazos, y de inmediato esboza una sonrisa que hace desaparecer el mal recuerdo de sus gritos perturbadores.

A menudo me pregunto si las niñeras que no tienen ningún vínculo familiar con los bebés que cuidan tienen la misma paciencia que yo tengo con mis nietos, si podrán sobreponerse a esos momentos en que todo luce tan caótico y no conseguimos saber la procedencia de su llanto o de su descontento. Cuando esos momentos me alcanzan comprendo porque muchas abuelas no quieren cuidar de sus nietos, es verdad que es un trabajo arduo y que demanda mucho de uno, pero está el otro aspecto que es el contribuir a que una nueva criatura se abra paso en la vida, a ver como sus etapas van siendo superadas lentamente y como pasan de una fase a otra, es lo más parecido a ver el mágico proceso de una semilla convirtiéndose en fruto, ver la evolución de su voz, como pasan de sonidos guturales misteriosos a vocablos pequeños que desciframos por arte de esa combustión mágica entre la imaginación y el amor, para luego convertirse en palabras que ellos usan a su peculiar manera y ver como se van apropiando del lenguaje y van formando sus propias frases.

Samantha 2 años y medio 


Mi nieta por ejemplo sigue hablando de si misma en tercera persona, no ha conocido el YO por lo que todo lo que pide, no lo pide para ella sino para Samantha y a mi me sigue pareciendo una mágica manera de hablar de si mismo, al punto que en su presencia hablo su mismo idioma.

Tras terminar una jornada de trabajo con ellos, reflexiono mucho sobre este rol de cuidar niños pequeños, de los músculos emocionales que uno tiene que ejercitar cuando se dedica a este trabajo y siempre me pregunto si todas las niñeras estarán interesadas en ejercitar estos músculos o si las mueve sólo su instinto de supervivencia ejerciendo un trabajo para el que posiblemente no tengan alma.

Yo tengo almacenada en mi memoria a mi primera nana, que se llamaba Agripina, una mujer de color, grande y robusta, que alguna vez le dio la vuelta a un trozo de piel de mi brazo izquierdo hasta arrancarlo y producirme un huequito que sangraba copiosamente, corrí hasta el patio de la casa donde mi madre sembraba hortalizas, y donde ella estaba arrancando unas cebollas largas y le dije “esa mujer grande de la cocina me pellizco” ese recuerdo llega a mi siempre con el olor de la cebolla recién cortada y el olor de la tierra abonada de aquellos tiempos que poseía una belleza indescriptible, mi madre me condujo a la cocina y le hizo el reclamo, y  la mujer que estaba sentada comiendo su enorme desayuno le dijo a mi madre que no le hablara hasta que no terminara de desayunar.

Quien sabe que le hice yo, porque para variar y como suele pasarnos con la mayoría de las disputas recuerdo claramente todo lo que ella me hizo, pero no lo que yo hice para que ella reaccionara así. A menudo esa experiencia viene a mi memoria y es la misma que me detiene cada vez que siento el impulso de levantarle la voz a mis nietos para que dejen de llorar, pero sobre todo me detiene el saber que si grito para que ellos no griten, estaré perdiendo el tiempo y las habilidades como educadora.

Esta etapa a pesar de ser la que más trabajo físico tiene, la más intensa y la que más satisfacciones nos produce, es también la más corta, en menos de lo que pensamos la flor ha dejado de ser semilla y está lista para hacer su mejor papel en este mundo, entonces nos deleitamos percibiendo su delicioso perfume y observando el resultado de una flor que fertilizamos diariamente con el uso de dos ingredientes básicos: paciencia y amor, dos temas de los que se habla tanto y tan fácil, pero que llevar a la práctica es una batalla diariamente librada, nunca una guerra ganada.

La otra vez tuve un pequeño accidente doméstico y me lastimé la boca y la nariz, fue más el dolor que las secuelas del golpe, no pude contener el llanto y mi nieta se apresuró a darme su cobija favorita y su chupo para que no llorara, me pidió que me acostara en su cama y empezó a leerme sus cuentos, me sentía muy extraña del otro lado de la cama,  por lo que le hice un video para compartir. Al final terminé llorando de la felicidad de ver que mi semilla se había convertido en una pequeña flor cuya primera lección aprendida es cuidar de los demás.



lunes, 23 de abril de 2012

ABUELITA ME AMAS?

Es posible que ni siquiera escribiendo la mayor parte de las cosas que tu haces en tu blog, llegues algún día a saberlas, o puedas comprender la real dimension de lo que compartir esta etapa de mi vida contigo y con tu hermano, esta significando para mi. Así como todos los rincones de esta casa están llenos de ti, de tu olor, de tu magia y de tus ojos, así mismo están llenos todos los rincones de mi ser de ti. Pasar un día contigo es aventurarme en una nueva experiencia de la que siempre salgo nutrida y lo mas importante, feliz. Escuchar la transición de tu lenguaje como se ha ido transformando de sílabas a palabras a medias frases y ahora a frases casi perfectamente audibles es tan mágico como armar un rompecabezas de miles de piezas.
Salir al patio contigo, escuchar como cantas en tu columpio, por cierto la canción de moda es “Happy Birthday to you”. y dejarme sorprender cada dia de ti por una nueva actividad como la ultima en la que decidiste tomar el sol conmigo tendidas sobre la manta de colores mientras comíamos gelatina en completo silencio, y percatarme que tu silencio obedecia a la misma razón que el mio, estábamos escuchando el currucucu enviar señales a otro que respondia mas lejos y cuyo sonido era débil por la distancia, que magia saber que a la corta edad de dos años tienes la capacidad de permanecer en silencio constatando lo mágico que es vivir…
El otro día fingi que lloraba para ser consolada por ti como sueles hacerlo, pero esta vez a cambio recibí una advertencia secundada por una excelente expresión corporal “sin llorar!, no hay porque llorar, chito que despierta al bebe, le voy a dar time out en el cuarto y le cierro la puerta” exactamente todo lo que has escuchado de nosotros…
En este momento mientras escribo este post, tu hermano duerme y tu estas doblando ropa (una de las actividades que te gusta hacer) pero me acabas de sorprender con que te pusiste por ti misma tus tennis y al derecho! no se como te las ingenias para ser tan hábil manualmente y tan brillante, eres mi orgullo mi pequeña Samantha.
frases nuevas:
“Im sorry”
"What are you doing?”
"Hola como estas? dormiste bien?”
“Calmate gordo, tranquilo"
La pregunta que me derrite “Abuelita me amas?"
Abuelita, abuelita, T R A N Q U I L A" ok?
 
 

martes, 13 de marzo de 2012

MAZETAPA

Subir en su columpio a mi nieta Samantha es toda una celebración, sin importar si la subo tres veces al día o sino la subo sino dos veces a la semana, ella protagoniza para mí el mismo y puntual ritual: cierra sus ojos y entona una canción de su autoría de la que sólo son comprensibles para mi algunas palabras y cuyo coro de la canción siempre es la misma palabra “Mazetapá”, la pasión que ella le pone a esos momentos en que vuela a manos de un columpio que su abuela pilotea, es contagiosa, a veces me siento frente a una gran cantante que sabe muy bien lo que está haciendo y que está libre de la aprobación de su público porque simplemente ella es una con su canción, entonces entona de nuevo su coro ‘Mazetapá, mazetapá…” y sonríe iluminando todo su rostro, no me cabe la menor duda de que es feliz y que posiblemente en ningún momento es más feliz que cuando canta sus composiciones musicales, finaliza su canción abriendo sus brazos con si quisiera atrapar el mundo con ellos y alarga la última vocal de la última letra de su canción para terminarla. Yo la aplaudo emocionada, y con la complicidad de haberla acompañado en aquel momento muga mientras ella era una con su música, porque yo también me volví columpio, oídos, sonidos, música y amor a manos de su interpretación.

Entonces me imagino como sería nuestra vida si a cada actividad que llamamos rutinaria le imprimiéramos esa pasión que le imprime mi nieta a cantar mientras se columpia, si pudiéramos fundirnos de esa envidiable manera con el momento presente. Estoy segura que por eso ella disfruta cada vez sus visitas al columpio, porque cuando lo hace esta tan presente que se olvida de que ya se columpió antes allí. Lo cual me hace pensar que quizá debiéramos tener mala memoria para unas cosas y buena para otras, quizá debiéramos olvidar como realizamos una labor repetitiva y permitirnos realizarla cada vez como si fuera la primera vez, con nuevos ojos, abiertos a experimentar nuevas sensaciones y a obtener nuevos aprendizajes.

Interactuar con mi nieta me ha brindado la oportunidad de ponerlo en práctica. Actividades como lavar los platos, limpiar la casa, caminar, bañarme y conducir están siendo en este momento abordadas desde la mala memoria, los resultados son asombrosos y van desde que los sentidos se vuelven mas sensibles hasta el hecho de que es una excelente oportunidad para entrenar la mente y conseguir la soberanía sobre ella, en vez de dejarla a ella ser la soberana sobre nosotros.

Estar en el aquí y el ahora es algo de lo que los niños saben mucho, e interactuar con ellos nos permite ser invitados a ese territorio donde todo es nuevo cada segundo de nuestra vida, donde la existencia se convierte en un acto de magia. En este momento estoy explorando las diferencias que existen en nuestra percepción cuando cerramos los ojos y cuando los tenemos abiertos, he observado que mi nieta suele hacerlo mucho, hace sus actividades con los ojos abiertos y repite lo mismo con los ojos cerrados, a veces su capacidad de asombro se magnifica como si hubiera tenido acceso a una sensación nueva por el solo hecho de haber cerrado los ojos. Tomar un baño, es quizá la actividad más lúdica en donde personalmente noto mucha alteración de mis sentidos cuando cierro los ojos. Es increíble como el tacto es una mano que es sujeto y es objeto a la vez, y como el olfato se abre paso por entre espacios insondables y los olores se multiplican, incluso puedo dividir una fragancia en varios matices desde el ácido hasta el más dulce, mis oídos alcanzan vibraciones que no son perceptibles con los ojos abiertos, la ducha puede ser lluvia, puede ser cascada, puede ser agua rodando por el piso, o puede ser simplemente una mano que acaricia mi piel…

Estar presente es uno de los entrenamientos que nos demuestran lo fácil y económico que es ser feliz, pero como los grandes logros personales es una batalla diariamente librada, nunca una guerra ganada.


sábado, 21 de enero de 2012

UNA ETAPA SIEMPRE ES LA MEJOR HASTA QUE LLEGA OTRA QUE LA SUPERA.

Quisiera tener vacías mis horas para escribir cada uno de tus avances, pero no las tengo, te has convertido en una niña adorable, sensible y amorosa, que no soporta ver a alguien llorando porque le preguntas “que pasó”? y te acercas a besarle. Has entrado en la etapa de la fotocopiadora, haces todo lo que ves y dices lo que escuchas, el otro día le estabas dando seno a tu muñeca y le estabas sacando los gases como ves que lo hace tu madre con tu hermanito, también quieres maquillarte como nosotras. Cuando te mostramos algo nuevo dices con una voz de ternura “Ay que divino!” “Ay que lindo!” y me dan deseos de abrazarte y no soltarte jamás.

Una cosa que te gusta mucho es el canto y el baile, compones tus propias canciones y las cantas, lógicamente nadie las entiende, pero ese idioma en que las cantas me derrite, tu madre dice que desearía que cantaras una canción de verdad, pero yo pienso que cuando hagas eso extrañaré escucharte cantar como cantas ahora.

Cuando subes en tu columpio, sueles cantar tus canciones con los ojos cerrados, posesionándote de la emoción que le acompaña al momento, a veces me siento ante un alma vieja que no sabe como actuar conforme a ese diminuto cuerpo que aún tienes.

En esta etapa de tu vida dices gracias cada vez que uno te da algo, no lo dices a la perfección pero si dices “gacias”. Tu conducta es la de una niña mas avanzada de edad que tú, intervienes en las conversaciones, no te dejas excluir por nada del mundo, emites tu opinión que uno sabe que es tu opinión porque mencionas palabras que están relacionadas con la conversación que estamos teniendo, y además si nos estamos riendo a carcajadas tu también lo haces, aunque tu idioma no nos es bien conocido me impresiona la manera como te las ingenias no sólo para participar activamente en las conversaciones sino para hacernos saber que lo estas haciendo.

Cada día nos sorprendes con nuevas destrezas tanto físicas como de lenguaje, ayer por ejemplo nos sorprendiste con la idea de que tenías que sacarle los gases a tu hermanito, sabes en que momento se hace y estas ahí para recostar tu cabeza contra la del bebé mientras le das palmaditas en la espalda para que bote sus gases, en esos momentos es cuando toda esa ternura que no te cabe en el cuerpo sale a flote, o cuando nos besas en los pies, en las manos o en cualquier parte del cuerpo, como si todo el amor que tienes guardado se te saliera por los poros.

Algo tendré que hacer, algo más de lo que ya estoy haciendo para documentar tus avances y la huella que vas dejando en mi corazón en la medida en que creces, será lindo volver a leer todo esto cuando seas adulta. Le pondré baterías a mi grabadora de bolsillo para grabar cada día tus cosas y después escribirlas o quizá haga videos de ti haciéndolo o cantándolo yo, si es que no puedo capturar el momento.


Como diria tu bisabuela "Verbo y gracia"