lunes, 22 de noviembre de 2010

Querida Pitufina:


Así es como te llamo la mayoría de las veces, mi esposo (tu abuelastro) así te puso desde que naciste y a veces hasta tu padre te ha llamado “pitufina”. Pero como eres una chica muy lista, entiendes por tu nombre y por tu apodo.
Estas a punto de cumplir nueve meses y tus avances son enormes, cuando uno dice “arriba” subes tus brazos, mostrándonos que sabes la diferencia entre arriba y abajo, pero sobre todo derritiéndome de admiración y devoción por ti. Lentamente estas descubriendo el mundo y la expresión de tus enormes ojos abiertos ante la sorpresa de un nuevo hallazgo es algo que apenas si consigo soportar de la emoción que me produce.

He escrito el siguiente artículo en mi blog sobre ti y lo publiqué, lo quiero dejar aquí para tí, para que algún día lo leas, y sepas la gran inspiración que eres en mi vida.

LA MAGIA DE LA RUTINA.


Dos días a la semana entre las cinco de la tarde y las ocho de la noche tengo una cita con la persona que hace latir mi corazón más de prisa: mi nieta Samantha. Ya sé que todas las madres y las abuelas piensan que sus pequeños son los más listos del planeta, que son niños índigos, que tienen inteligencia superior y una cantidad de cualidades más, pero hoy no les voy a hablar de los adelantos de mi pequeña Samantha que me sorprenden y me adentran en un universo desconocido para mí.

Me gusta acompañarla en su misión de descubrir su trozo de universo, me gusta lanzarme al piso para ver el mundo desde su posición en él, y trato de saber sus porqués a todo lo que ella hace y que mi mente cargada de creencias no comprende, ella descubre el mundo y yo lo redescubro a su lado, he gateado con ella, y hasta hacemos competencias en las que la dejo ganar solo porque en este caso el premio mayor se lo lleva la que pierde. Cuando ella gana se lanza al piso boca arriba mientras suelta unas forzadas carcajadas (no se porqué se le dificulta un poco carcajearse) y espera a que yo le haga cosquillas en el estómago. Aunque para ella ese es su premio, para mi el premio es poderlo hacer y escuchar el eco de sus carcajadas que me reconcilian con el mundo y con el hecho de tener una perfecta audición para escucharla.

Con ella he adquirido más sentido de agradecimiento por cada función que cumple mi cuerpo, con ella la vitalidad de la que gozo, no es un patrimonio que la vida me debe, sino algo que he conquistado, y con lo que la vida me premia, con ella, me hago consciente de todos los regalos que tengo en mi vida por el solo hecho de poder hacer tantas cosas con ella para las que necesito que mi cuerpo este en forma.



A veces cuando regreso a su casa y ella esta vencida por la rutina de un día compartiendo con los mismos juguetes, juntas redescubrimos su pequeño universo infantil, y hacemos de cada juguete un artefacto nuevo al que le damos nuevas funciones, miramos el mismo juguete desde otra óptica, bien sea poniéndolo en otro lugar, en otra posición o simplemente volteándolo al revés, sus ojos se abren desproporcionalmente y me mira con una expresión de asombro, ignoro si ella sabe que es el mismo juguete o si piensa que es otro distinto, lo que si sé, es que ella se olvida de su rutina y se abre a una infinita posibilidad de goce que hasta hacía poco le era desconocido, convertimos las cobijas en carpas de acampar, y le narro cuentos que improviso, donde la protagonista siempre es ella, mientras ella se queda quieta mirándome como si entendiera cada una de mis palabras, a veces me toca la cara como para constatar que soy real y las horas pasan por encima de nosotras hasta que es hora de bañarla y llevarla a la cama.

Después, a solas me quedo pensando mientras la observo dormir, que así deberíamos vivir la vida, redescubriéndonos, y redescubriendo nuestro entorno, simplemente mirando desde diferentes ópticas el rostro de lo rutinario, enfocando en diferentes posiciones lo que nos rodea, mirando a las personas con ojos nuevos como si los acabáramos de conocer, y de esa forma brindarles la oportunidad de ser seres nuevos y diferentes para nosotros, siempre, pero siempre hay cosas nuevas por descubrir en la gente, no solo en la gente en todo lo que nos rodea. Reinventar el mundo para hacerlo mas placentero es mucho mas que un juego es nuestra responsabilidad, lo demás solo son accesorios.